Los participantes que comían más alimentos ricos en flavonoides eran menos propensos (un 20%) a morir de ataques cardíacos o derrames cerebrales que los que comían muy pocos alimentos ricos en flavonoides, aun teniendo en cuenta factores como el peso, el hábito de fumar y el ejercicio, según conclusiones del estudio, encabezado por Marjorie L. McCullough.,
Pero incluso el riesgo era reducido en los hombres y las mujeres que se encontraban representados en ambos extremos de los grupos debido a la cantidad de flavonoides que consumieron, de modo que el comer una o dos porciones extras por día podría lograr una diferencia. «Es tan simple como agregar una manzana o una taza de té verde”, dice McCullough, epidemióloga nutricional de la American Cancer Society (Sociedad Estadounidense del Cáncer) de Atlanta.,
Para que su dieta contenga una variedad de flavonoides es mejor no apegarse a una rutina alimentaria, aconseja McCullough, porque los alimentos contienen distintos tipos de nutrientes. «Trate de comer una variedad de alimentos vegetales”, aconseja. Si siempre anda escogiendo manzanas, pruebe frutillas para variar. Si compra maníes para ‘picar’, también compre nueces.
Pero no se sabe con certeza si todo el mérito es de los flavonoides., «No sabemos si los beneficios provienen sólo de los flavonoides o de la compleja mezcla de nutrientes presentes en los alimentos vegetales y ciertas bebidas”, dice Lawrence Appel, M.D., director del Welch Center for Prevention, Epidemiology and Clinical Research de Johns Hopkins University. Appel no participó en el estudio.
El estudio fue publicado en la edición de febrero de 2012 de la revista American Journal of Clinical Nutrition.