aunque el concepto de estrés se ha ganado una mala reputación, es importante reconocer que el propósito adaptativo de una respuesta fisiológica al estrés es promover la supervivencia durante la lucha o la huida. Mientras que el estrés a largo plazo es generalmente perjudicial, el estrés a corto plazo puede ser protector, ya que prepara al organismo para hacer frente a los desafíos., Esta revisión analiza los efectos inmunitarios de las respuestas biológicas al estrés que pueden ser inducidas por factores estresantes psicológicos, fisiológicos o físicos (incluido el ejercicio). Hemos propuesto que el estrés a corto plazo es uno de los mecanismos de supervivencia fundamentales pero poco apreciados de la naturaleza que podrían aprovecharse clínicamente para mejorar la inmunoprotección. El estrés a corto plazo (es decir, que dura de minutos a horas) experimentado durante la activación inmunitaria mejora las respuestas inmunitarias innatas/primarias y adaptativas/secundarias., Los mecanismos de inmunoestimulación incluyen cambios en el tráfico de células dendríticas, neutrófilos, macrófagos y linfocitos, maduración y función, así como la producción local y sistémica de citocinas. En contraste, el estrés a largo plazo suprime o desregula las respuestas inmunitarias innatas y adaptativas al alterar el equilibrio de citoquinas tipo 1-Tipo 2, inducir inflamación crónica de bajo grado y suprimir el número, el tráfico y la función de las células inmunoprotectoras., El estrés crónico también puede aumentar la susceptibilidad a algunos tipos de cáncer al suprimir las citocinas tipo 1 y las células T protectoras y aumentar la función reguladora/supresora de las células T. Aquí, clasificamos las respuestas inmunitarias como protectoras, patológicas o reguladoras, y discutimos los efectos «buenos» versus «malos» del estrés en la salud. Por lo tanto, el estrés a corto plazo puede mejorar la adquisición y/o expresión de respuestas inmunoprotectoras (cicatrización de heridas, vacunación, agente antiinfeccioso, antitumoral) o inmunopatológicas (proinflamatorias, autoinmunes)., Por el contrario, el estrés crónico puede suprimir las respuestas inmunitarias protectoras y / o exacerbar las respuestas inmunitarias patológicas. Estudios como los discutidos aquí podrían proporcionar objetivos mecanicistas y marcos conceptuales para intervenciones farmacológicas y/o biobehaviorales diseñadas para mejorar los efectos del estrés «bueno», minimizar los efectos del estrés «malo» y promover al máximo la salud y la curación.