El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es un importante factor de riesgo para la salud del personal militar desplegado en la guerra moderna. En la Primera Guerra Mundial esta condición (entonces conocida como shell shock o ‘neurastenia’) fue un problema tal que la ‘psiquiatría avanzada’ fue iniciada por los médicos franceses en 1915. Algunos médicos británicos intentaron la anestesia general como tratamiento (éter y cloroformo), mientras que otros prefirieron la aplicación de electricidad., Cuatro «unidades psiquiátricas avanzadas» británicas se establecieron en 1917. También se establecieron hospitales para soldados conmocionados de shell en Gran Bretaña, incluyendo (para oficiales) el Hospital de guerra de Craiglockhart en Edimburgo; los pacientes diagnosticados con condiciones psiquiátricas más graves fueron transferidos al Asilo real de Edimburgo. Hacia finales de 1918, los tratamientos anestésicos y eléctricos del choque de conchas fueron gradualmente desplazados por los métodos freudianos modificados de intervención psicodinámica. La eficacia de la «psiquiatría avanzada» fue controvertida., En 1922 la Oficina de guerra produjo un informe sobre el choque de proyectiles con recomendaciones para la prevención de la neurosis de guerra. Sin embargo, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939, esto parecía haber sido ignorado. El término «fatiga de combate» se introdujo a medida que las tasas de desglose se volvieron alarmantes, y luego se reconoció el valor de la preselección. En el Hospital Maudsley de Londres en 1940 se abogó por la abreacción barbitúrica para el alivio rápido de la ansiedad severa y la histeria, utilizando anestésicos intravenosos: Somnifaína, paraldehído, Amital sódico., La ‘narcosis pentotal’ y el ‘narcoanálisis’ fueron adoptados por psiquiatras militares británicos y estadounidenses. Sin embargo, en 1945 el pensamiento médico se asentó gradualmente en los mismos enfoques que parecían ser efectivos en 1918. El término TEPT fue introducido en 1980. En el Reino Unido, el National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) guidelines for management (2005) recomienda la Terapia Cognitiva Conductual centrada en el trauma y la consideración de los antidepresivos.